A pesar de la crisis sanitaria a causa de la pandemia mundial provocada por la Covid-19, el sector servicios ha seguido desarrollando su actividad con relativa normalidad. Adoptando todas las medidas de seguridad y protección necesarias, sectores como el de la alimentación, farmacéutico, transportistas y de mantenimiento han podido seguir trabajando para cubrir las necesidades básicas de la población.
Inology (Multimos S.A.) ha recibido el Certificado Plimsoll de Excelencia Empresarial 2020 y se ha clasificado en el puesto 132ª entre las 835 empresas más grandes del sector del desarrollo de software en España y ocupa la 104ª posición en términos de crecimiento de la facturación.
Durante un año de crisis sanitaria provocada por la pandemia de la Covid-19, las empresas han tenido que reinventarse y adaptarse a cambios continuos. El más sonado de todos ha sido el teletrabajo, una práctica laboral que parece que ha llegado para quedarse, al menos, en las medianas y pequeñas empresas, ya que según un estudio deFiverr, un 76% de las pymes pretende mantener este modelo laboral tras la crisis.
Con la pandemia provocada por la Covid-19, la digitalización se ha acelerado de manera significativa, lo que ha provocado que aparición de unas tendencias claras referente a lo que necesitan las empresas para adaptarse a la transformación digital.
Uno de los elementos clave para que se lleve a cabo esta transformación digital es un software ERP. Sin embargo, este sistema de gestión empresarial tiene que contar con unas características concretas para que pueda adaptarse debidamente a la realidad de la empresa y al mercado actual.
Estos últimos meses se ha demostrado que una compañía con un buen nivel de digitalización tiene más probabilidades de avanzar y adaptarse con más facilidad a los inminentes cambios y contratiempos.
Hace un año, a causa de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, se implementó el teletrabajo y, a día de hoy, todavía son muchas las empresas que siguen optando por esta nueva realidad laboral. Este cambio ha provocado que los distintos departamentos tengan que aprender a trabajar desde la distancia, con herramientas que le permitan hacerlo.
El fraude interno es un tema persistente en el día a día de las empresas, por lo que es importante saber cómo detectarlo y disponer de las medidas adecuadas para combatirlo. Aunque el daño más relevante ocasionado por el fraude interno es la pérdida económica, también afecta a la empresa a niveles humanos y de prestigio, ya que el nombre y la trayectoria profesional de la compañía y empleados pueden verse perjudicada.
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